Nolasco Morán Pérez
mesoamerica10@yahoo.com.mx
La pretensión de este escrito es reflexionar sobre el significado de la comunicación y el poder, la toma de decisiones y los efectos que estos procesos tienen en el individuo y entre las relaciones que los sujetos van construyendo cotidianamente en los respectivos sistemas en que se encuentran. Aquí se explica y reflexiona sobre el modelo vertical del proceso de comunicación que se liga con un enfoque conductista y que se relaciona con un ejercicio enajenador del poder a través de la centralización de las decisiones y sus efectos en el sistema y sus protagonistas.
¿Qué es comunicación? Hay tantas respuestas a esta pregunta como actitudes y conductas que puede asumir el ser humano ante el mundo social, natural y ante si mismo.
Desde el enfoque conductista, la comunicación se puede entender como el conjunto de procedimientos mediante los cuales una mente puede afectar a otra. (Borden y Stone 1982: 73).
El conjunto de procedimientos implica el manejo de información, mensajes, estímulos, decisiones acciones y reacciones que se dan entre los sujetos interactuantes involucrados en el proceso comunicativo para afectarse e influirse mutuamente consciente o inconscientemente.
El concepto de poder que se encuentra ligado con esta definición de comunicación manejado por Amigot citando a Foucoult (2005:120) se refiere al “… conjunto de acciones sobre acciones posibles: opera sobre el campo de posibilidad en el que se inscribe el comportamiento de los sujetos que actúan…: incita, induce, detiene, facilita, o dificulta, amplía o limita, hace que algo sea mas o menos probable; en el limite, restringe o impide absolutamente”
Dennis H. Wrong, (1995:2) citado por Vesna Terselic, lo define como “la capacidad de una persona para producir determinados efectos, buscados o previstos, en otras personas".
mesoamerica10@yahoo.com.mx
La pretensión de este escrito es reflexionar sobre el significado de la comunicación y el poder, la toma de decisiones y los efectos que estos procesos tienen en el individuo y entre las relaciones que los sujetos van construyendo cotidianamente en los respectivos sistemas en que se encuentran. Aquí se explica y reflexiona sobre el modelo vertical del proceso de comunicación que se liga con un enfoque conductista y que se relaciona con un ejercicio enajenador del poder a través de la centralización de las decisiones y sus efectos en el sistema y sus protagonistas.
¿Qué es comunicación? Hay tantas respuestas a esta pregunta como actitudes y conductas que puede asumir el ser humano ante el mundo social, natural y ante si mismo.
Desde el enfoque conductista, la comunicación se puede entender como el conjunto de procedimientos mediante los cuales una mente puede afectar a otra. (Borden y Stone 1982: 73).
El conjunto de procedimientos implica el manejo de información, mensajes, estímulos, decisiones acciones y reacciones que se dan entre los sujetos interactuantes involucrados en el proceso comunicativo para afectarse e influirse mutuamente consciente o inconscientemente.
El concepto de poder que se encuentra ligado con esta definición de comunicación manejado por Amigot citando a Foucoult (2005:120) se refiere al “… conjunto de acciones sobre acciones posibles: opera sobre el campo de posibilidad en el que se inscribe el comportamiento de los sujetos que actúan…: incita, induce, detiene, facilita, o dificulta, amplía o limita, hace que algo sea mas o menos probable; en el limite, restringe o impide absolutamente”
Dennis H. Wrong, (1995:2) citado por Vesna Terselic, lo define como “la capacidad de una persona para producir determinados efectos, buscados o previstos, en otras personas".
El poder es potencial y relativamente pasivo en la medida que esta ahí presente en el sujeto para ejercerse, y es acción cuando se expresa en las decisiones que toma el sujeto para afectarse a sí mismo u a otros.
Parece obvio que para ejercer el poder desde el sentido de persuadir, convencer, manejar y dirigir para producir determinados efectos previstos, es necesaria la comunicación, sin ella es imposible el ejercicio del poder sobre los demás.
Para quienes implícita o explícitamente asumen estas concepciones desde una posición comunicacional conductista del ejercicio del poder, favorecidos por las posiciones que ocupan en las estructuras objetivas (sociales, institucionales, organizativas, educativas, etc), y que legitiman estas formas de comunicarse y ejercitar el poder con la aceptación de los sujetos subordinados, tienen privilegios para tomar decisiones sobre los demás, “los demás”, en este caso solo juegan el papel de subordinados que deben de asumir su papel de “escuchas” ante quien ejerce el poder de una manera conductual y centralista, donde las decisiones no deben ser puestas en duda, mucho menos cuestionadas o criticadas, porque esto es un claro signo de “insubordinación” y de atentado al orden establecido, y quien atenta al orden establecido dentro del sistema, es castigado o acallado mediante medidas represivas, ignorado o sacado fuera de dicho sistema por distintos medios legales e ilegales. El “escucha” o subordinado debe aprender a callar, a no pensar, a no expresar libremente sus opiniones, y sí ser un ejecutor eficiente de lo ya decidido, un buen “hacedor de tareas”, eficiente, disciplinado, organizado y generador de productos que deben ser necesarios para mantener el sistema, no para cambiarlo, no para mejorarlo porque esto último atentaría fundamentalmente a las formas de comunicación y ejercicio del poder, y a las maneras de tomar decisiones que ya han sido establecidas implícitamente para que el sistema se mantenga. El “Copela o cuello” en este sistema de comunicación conductual implica premios o castigos y el ejercicio centralista del poder implica la subordinación y adaptación a las autoridades jerárquicas y la aceptación de las decisiones, acciones y tareas prefijadas desde el nivel mas alto de autoridad, a los niveles intermedios y bajos.
Se puede inferir la conducta del que ejerce el poder de manera centralista en las características siguientes:
Actitud obsesiva por el control de las conductas de sus suobordinados, poniendo especial cuidado en aquellas conductas que puedan implicar indisciplinas, desacuerdos con las tareas fijadas, no cumplimiento con las tareas fijadas, emitir opiniones que contravengan lo ya decidido, excesivos controles no sobre la calidad de lo que se hace, sino de cuanto se hace, excesivo control de los subordinados y no sobre los procesos y resultados de los trabajos, hay una atención mas en las formas que en los fondos de lo que se hace. Hacen como que “escuchan”, pero solo se están escuchando así mismos. Piensan que cuidan los intereses institucionales o de la organización, lo cual lo hacen a medias, debido a que sus percepciones personales están cargadas de subjetividad, porque no tienen una visión consciente, global y profunda de cómo se está moviendo el sistema, o su conocimiento es fragmentado y desarticulado, lo que no les permite visualizar la importancia real del recurso humano como componente fundamental de dicho sistema. El recurso humano es desechable cuando se considera que afecta o no es útil para la preservación del sistema.
Con respecto a las conductas de los “subordinados”, sobre los cuales se ejerce la comunicación conductista y el poder de las decisiones centralistas, se pueden notar las características siguientes:
Aprenden a “escuchar” a estar “atentos” a los comunicados y decisiones de quien detenta el poder de una manera centralista, aprenden a guardar un “respetuoso silencio” cuando el detentador del poder y de las decisiones “habla”, se autolimitan en su poder de reflexionar y pensar por si mismos porque consideran consciente o inconscientemente que esto no tiene sentido “dentro del sistema en que se encuentran”, cuestionarse, preguntarse y proponer es un asunto muy delicado y riesgoso. “Escuchar”, “atender”, “asumir” y actuar en consecuencia a los comunicados y a las decisiones tomadas de manera centralista es lo mas “sano”.
Parece obvio que para ejercer el poder desde el sentido de persuadir, convencer, manejar y dirigir para producir determinados efectos previstos, es necesaria la comunicación, sin ella es imposible el ejercicio del poder sobre los demás.
Para quienes implícita o explícitamente asumen estas concepciones desde una posición comunicacional conductista del ejercicio del poder, favorecidos por las posiciones que ocupan en las estructuras objetivas (sociales, institucionales, organizativas, educativas, etc), y que legitiman estas formas de comunicarse y ejercitar el poder con la aceptación de los sujetos subordinados, tienen privilegios para tomar decisiones sobre los demás, “los demás”, en este caso solo juegan el papel de subordinados que deben de asumir su papel de “escuchas” ante quien ejerce el poder de una manera conductual y centralista, donde las decisiones no deben ser puestas en duda, mucho menos cuestionadas o criticadas, porque esto es un claro signo de “insubordinación” y de atentado al orden establecido, y quien atenta al orden establecido dentro del sistema, es castigado o acallado mediante medidas represivas, ignorado o sacado fuera de dicho sistema por distintos medios legales e ilegales. El “escucha” o subordinado debe aprender a callar, a no pensar, a no expresar libremente sus opiniones, y sí ser un ejecutor eficiente de lo ya decidido, un buen “hacedor de tareas”, eficiente, disciplinado, organizado y generador de productos que deben ser necesarios para mantener el sistema, no para cambiarlo, no para mejorarlo porque esto último atentaría fundamentalmente a las formas de comunicación y ejercicio del poder, y a las maneras de tomar decisiones que ya han sido establecidas implícitamente para que el sistema se mantenga. El “Copela o cuello” en este sistema de comunicación conductual implica premios o castigos y el ejercicio centralista del poder implica la subordinación y adaptación a las autoridades jerárquicas y la aceptación de las decisiones, acciones y tareas prefijadas desde el nivel mas alto de autoridad, a los niveles intermedios y bajos.
Se puede inferir la conducta del que ejerce el poder de manera centralista en las características siguientes:
Actitud obsesiva por el control de las conductas de sus suobordinados, poniendo especial cuidado en aquellas conductas que puedan implicar indisciplinas, desacuerdos con las tareas fijadas, no cumplimiento con las tareas fijadas, emitir opiniones que contravengan lo ya decidido, excesivos controles no sobre la calidad de lo que se hace, sino de cuanto se hace, excesivo control de los subordinados y no sobre los procesos y resultados de los trabajos, hay una atención mas en las formas que en los fondos de lo que se hace. Hacen como que “escuchan”, pero solo se están escuchando así mismos. Piensan que cuidan los intereses institucionales o de la organización, lo cual lo hacen a medias, debido a que sus percepciones personales están cargadas de subjetividad, porque no tienen una visión consciente, global y profunda de cómo se está moviendo el sistema, o su conocimiento es fragmentado y desarticulado, lo que no les permite visualizar la importancia real del recurso humano como componente fundamental de dicho sistema. El recurso humano es desechable cuando se considera que afecta o no es útil para la preservación del sistema.
Con respecto a las conductas de los “subordinados”, sobre los cuales se ejerce la comunicación conductista y el poder de las decisiones centralistas, se pueden notar las características siguientes:
Aprenden a “escuchar” a estar “atentos” a los comunicados y decisiones de quien detenta el poder de una manera centralista, aprenden a guardar un “respetuoso silencio” cuando el detentador del poder y de las decisiones “habla”, se autolimitan en su poder de reflexionar y pensar por si mismos porque consideran consciente o inconscientemente que esto no tiene sentido “dentro del sistema en que se encuentran”, cuestionarse, preguntarse y proponer es un asunto muy delicado y riesgoso. “Escuchar”, “atender”, “asumir” y actuar en consecuencia a los comunicados y a las decisiones tomadas de manera centralista es lo mas “sano”.
Obviamente que el subordinador (dueño del poder y las decisiones) y los subordinados (los escuchas de los comunicados y ejecutores de las decisiones) a la larga padecerán de ciertas patologías sicosomáticas que se verán reflejados en altos niveles de estrés, frustraciones, malestares estomacales como gastritis, colitis etc. reflejo de la ansiedad de un control obsesivo de sí mismo y de los demás, relaciones familiares y laborales poco favorables para el crecimiento individual, familiar e institucional, insomnios, ansiedad y sobre todo una gran vaciedad y perdida del significado de la vida, y en consecuencia una gran infelicidad que los logros materiales solo atenúan pero no resuelven.
Viviendo bajo este clima enrarecido de relaciones enajenantes donde existen pocos enajenadores y varios enajenados, todo parece “normal”, y los mas importante es parecer ante los ojos de los demás como “normal”, el clima de enajenación coarta la libertad del ser humano para ser el mismo, para desarrollar sus potencialidades y cultivar sus facultades espirituales, intelectuales, afectivas y físicas de una manera armónica, justa y equilibrada. Enajenador y enajenado desarrollan un círculo invisible de autodestrucción sutil, de vicios –que se dificulta ser vistos desde adentro del sistema- que pueden llevar al colapso tanto de los sujetos como del sistema mismo en el mediano y largo plazo.
La comunicación conductista centralista y enajenante, es un modo vertical de ejercer comunicados y decisiones sobre los demás, donde los “demás” se acomodan, se amoldan y sobreviven ejerciendo su capacidad plástica de acomodamiento, porque de otro modo pueden pasar a la calidad de “desechables”, como las bolsas y envases plásticos que se utilizan, se desechan y degradan nuestro entorno natural, para el caso de enajenadores y enajenados, estos en algún grado y modo construyen un entorno social, laboral y familiar no muy saludable. .
Es pertinente aclarar que los sistemas sean estos políticos, económicos, familiares, educativos, empresariales o de cualquier tipo, se mueven, son dinámicos y dialécticos en el sentido de que prevalecen en dichos sistemas una serie de contradicciones que los impulsan a transformarse, a cambiar y que dichos cambios pueden ser con la finalidad de mejorar positivamente o bien para esclerotizarse, es decir para mantenerse petrificados, rígidos e inelásticos, lo que se expresa en su escasa capacidad de adaptación al entorno reinante, en su inestabilidad y fragmentación interna ante los conflictos internos y los embates del exterior.
Bajo este modelo de comunicar y ejercer el poder, es obvio que hay una pérdida enorme de las capacidades de los individuos, al limitarse su capacidad de reflexión, de participación y de decisión para transformarse a si mismos y al sistema en que se mueven. Cada sujeto es un ser potencial lleno de creatividad, de entusiasmo, de entrega, de ideas innovadoras, de facultades afectivas, intelectuales, espirituales y físicas que son desaprovechadas, por actitudes y conductas que se vuelven rígidas, inflexibles e inadecuadas para un cambio positivo.
Falta comentar como idea final, que así como uno o más sujetos ejercen un poder enajenador sobre muchos sujetos, un grupo de sujetos o muchos sujetos pueden ejercer un poder enajenador sobre un individuo, coartándole su poder de creatividad y de acción, cuando estas –acciones y creatividad- atentan en contra del sistema establecido al cual el grupo se ha acomodado.
FUENTES CITADAS
Amigot Leache P. 2005. Relaciones de poder, espacio subjetivo y practicas de libertad: análisis genealógico de un proceso de transformación de género. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Psicología, Facultad de Psicología. 541 pp. Barcelona, España Descargada de http://www.4shared.com/file/16170093/cf375297/36787.html?cau2=403tNull 29 de noviembre de 2007
Borden G. A. y Stone J. D. 1982. La comunicación humana: el proceso de interrelación. Editorial “El Ateneo”. Buenos Aires, Argentina. 274 pp.
Orissa conference on Nonviolence and Social Empowermen., Vesna Terselic (traducido por Alfonso Herranz) 2001. http://www.wri-irg.org/nonviolence/nvse01-es.htm#Wrong,_Dennis_H#Wrong,_Dennis_H accesado el día 4 de agosto de 2006
Viviendo bajo este clima enrarecido de relaciones enajenantes donde existen pocos enajenadores y varios enajenados, todo parece “normal”, y los mas importante es parecer ante los ojos de los demás como “normal”, el clima de enajenación coarta la libertad del ser humano para ser el mismo, para desarrollar sus potencialidades y cultivar sus facultades espirituales, intelectuales, afectivas y físicas de una manera armónica, justa y equilibrada. Enajenador y enajenado desarrollan un círculo invisible de autodestrucción sutil, de vicios –que se dificulta ser vistos desde adentro del sistema- que pueden llevar al colapso tanto de los sujetos como del sistema mismo en el mediano y largo plazo.
La comunicación conductista centralista y enajenante, es un modo vertical de ejercer comunicados y decisiones sobre los demás, donde los “demás” se acomodan, se amoldan y sobreviven ejerciendo su capacidad plástica de acomodamiento, porque de otro modo pueden pasar a la calidad de “desechables”, como las bolsas y envases plásticos que se utilizan, se desechan y degradan nuestro entorno natural, para el caso de enajenadores y enajenados, estos en algún grado y modo construyen un entorno social, laboral y familiar no muy saludable. .
Es pertinente aclarar que los sistemas sean estos políticos, económicos, familiares, educativos, empresariales o de cualquier tipo, se mueven, son dinámicos y dialécticos en el sentido de que prevalecen en dichos sistemas una serie de contradicciones que los impulsan a transformarse, a cambiar y que dichos cambios pueden ser con la finalidad de mejorar positivamente o bien para esclerotizarse, es decir para mantenerse petrificados, rígidos e inelásticos, lo que se expresa en su escasa capacidad de adaptación al entorno reinante, en su inestabilidad y fragmentación interna ante los conflictos internos y los embates del exterior.
Bajo este modelo de comunicar y ejercer el poder, es obvio que hay una pérdida enorme de las capacidades de los individuos, al limitarse su capacidad de reflexión, de participación y de decisión para transformarse a si mismos y al sistema en que se mueven. Cada sujeto es un ser potencial lleno de creatividad, de entusiasmo, de entrega, de ideas innovadoras, de facultades afectivas, intelectuales, espirituales y físicas que son desaprovechadas, por actitudes y conductas que se vuelven rígidas, inflexibles e inadecuadas para un cambio positivo.
Falta comentar como idea final, que así como uno o más sujetos ejercen un poder enajenador sobre muchos sujetos, un grupo de sujetos o muchos sujetos pueden ejercer un poder enajenador sobre un individuo, coartándole su poder de creatividad y de acción, cuando estas –acciones y creatividad- atentan en contra del sistema establecido al cual el grupo se ha acomodado.
FUENTES CITADAS
Amigot Leache P. 2005. Relaciones de poder, espacio subjetivo y practicas de libertad: análisis genealógico de un proceso de transformación de género. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Psicología, Facultad de Psicología. 541 pp. Barcelona, España Descargada de http://www.4shared.com/file/16170093/cf375297/36787.html?cau2=403tNull 29 de noviembre de 2007
Borden G. A. y Stone J. D. 1982. La comunicación humana: el proceso de interrelación. Editorial “El Ateneo”. Buenos Aires, Argentina. 274 pp.
Orissa conference on Nonviolence and Social Empowermen., Vesna Terselic (traducido por Alfonso Herranz) 2001. http://www.wri-irg.org/nonviolence/nvse01-es.htm#Wrong,_Dennis_H#Wrong,_Dennis_H accesado el día 4 de agosto de 2006
Que triste que en pleno siglo XXI se estén escribiendo reflexiones sobre comunicación y poder; y no lo digo por el proceso natural que tienen los individuos para intercambiar significados, sino por el papel que ejerce el poder en las organizaciones a través de procesos comunicativos ante el trabajador mudo, cojo y sordo. ¿A caso es un modo descarado de restringir el derecho de la libertad del hombre a ser creativo, reflexivo y tener la capacidad de transformarse? o una manera sutil de invitarlo a dejar de serlo. Necesitamos modelos de trabajo que permitan inyectar al ser humano a desarrollar proyectos de vida en conjunto para el conjunto. Necesitamos ambientes laborales para ejercitarnos y desarrollarnos como seres humanos. El día que decidamos cambiar el esquema, ese día el nombre del artículo será: “Comunicación y libertad”.
ResponderEliminar"Que triste que en pleno siglo XXI se estén escribiendo reflexiones sobre comunicación y poder" ¿¿¿¿???? ¿Triste por el que escribe, por lo que se escribe, .... ? No me queda clara esta aseveración...
ResponderEliminar¿A caso es un modo descarado de restringir el derecho de la libertad del hombre a ser creativo, reflexivo y tener la capacidad de transformarse? Tiene algo de descarado al ser descubierto, evidenciado y expuesto a la crítica... y algo de inconciente, oculto y sutil cuando esto permanece velado por la cotidianidad, la monotonia y la automotización de lo que pensamos, decimos y hacemos...
"o una manera sutil de invitarlo a dejar de serlo." El escrito como tal devela e invita -implicitamente- a sobreponerse a la castración y mutilación que los actos de comunicación de un sujeto o sujetos que detentan el poder ejercen con un cierto grado de inconciencia y perversidad...
"Necesitamos modelos de trabajo que permitan inyectar al ser humano a desarrollar proyectos de vida en conjunto para el conjunto. Necesitamos ambientes laborales para ejercitarnos y desarrollarnos como seres humanos". De acuerdo y esto inicia en el momento que estas empezando a cobrar conciencia de como los actos comunicativos y el ejercicio del poder a través de los mismos afectan negativamente a los seres humanos... y te niegas a formar parte del juego y empiezas a buscar en este LABERINTO en que nos metieron y nos metimos las salidas... ¿Porqué buscar salidas? por que me niego rotundamente a ser castrado y mutilado en mis habilidades y capacidades, por que deseo mi libertad para pensar, sentir y hacer... por que mi mirada va mas allá del sistema en que me encuentro,,, por que desde ya visualizo las salidas que estoy buscando, por que desde ya las puertas de nuevos horizontes se me abren para transitar por nuevas experiencias,,, porque desde ya la vida misma construye las nuevas oportunidades para salir del sistema que por momentos se torna asfixiante... porque desde ya las alternativas se están presentando y los vientos del cambio entran por las ventanas de la libertad... ASI SEA, ASI SERA y ASI SE HARA, AQUI Y AHORA... porque desde ya "La Comunicación para la LIBERTAD" se esta escribiendo con nuestros actos, nuestros pensamientos y nuestros sentires.... y esto solo falta plasmarlo en el papel... que ASI SEA, ASI SERA y ASI se HARA, AQUI Y AHORA ...hoy, mañaa y siempre.... GRACIAS por hacerme reflexionar.... y alcanzar mayores grados de conciencia....
El día que decidamos cambiar el esquema, ese día el nombre del artículo será: “Comunicación y libertad”."
¡Que tal!
ResponderEliminarA lo que me refiero es que me sorprende leer lo que escribes, porque se supone que estas “tomas de decisiones y los efectos que estos procesos tienen (entre la comunicación y poder ) en el individuo y entre las relaciones que los sujetos van construyendo cotidianamente en los respectivos sistemas en que se encuentran” ya debemos de superarlas; no es posible que dentro del organizaciones, instituciones, universidades, entre otras, se de ésta relación, ese modelo vertical de la comunicación que alimenta solo al poder. Para mi significa un retraso total de nuestras habilidades y destrezas comunicativas para la mejor convivencia.
El proceso mental del hombre va más allá que darle vida a estas relaciones, las empresas deben, si quieren crecer en lo humano, equilibrar los procesos de la comunicación entre las jerarquías. Darle al escalón más bajo y así sucesivamente de manera creciente, le papel de decidir para el bien de los intereses de la empresa. No se trata de darle vuelta a la tortilla con las “revoluciones” sociales, se trata de ser escuchados, y no sólo de eso, sino de ser tomadas en cuanta nuestras capacidades de toma de decisiones. Qué a caso somos ignorantes… entonces por qué tratarnos como si lo fuéramos, por qué no dar un giro a la “ teoría” y darle a esos procesos de la comunicación el carácter lineal.
“Para quienes implícita o explícitamente asumen estas concepciones desde una posición comunicacional conductista del ejercicio del poder, favorecidos por las posiciones que ocupan en las estructuras objetivas (sociales, institucionales, organizativas, educativas, etc), y que legitiman estas formas de comunicarse y ejercitar el poder con la aceptación de los sujetos subordinados, tienen privilegios para tomar decisiones sobre los demás…”
Por lo tanto no deja causarme tristeza que en pleno siglo XXI, los temas que estén en discusión en tan importantes blogs como éste, sean, desgraciadamente porque se tiene que exponer ante todos ustedes estas inconformidades de los procesos comunicativos ante el ejercicio del poder. ¡Claro! Ésta es una invitación a discutir el inicio del divorcio entre la comunicación y poder.
"Que triste que en pleno siglo XXI se estén escribiendo reflexiones sobre comunicación y poder" ¿¿¿¿???? "A lo que me refiero es que me sorprende leer lo que escribes, porque se supone que estas..." ?????? Es tristeza o es sorpresa??????
ResponderEliminarHace mucho tiempo.... mucho tiempo.... en un convento de monjas se introdujo un hombre... la madre superiora se enteró y mando a llamar a todas la monjitas, una vez reunidas les dijo que entre ellas había un hombre vestido de monja y que para descubrirlo cada una de ellas debería levantarse su hábito y mostrar sus partes intimas y al momento decir su nombre y así fueron pasando una a una... la primera se levantó su hábito y dijo Sor Marta.... la segunda hizo lo mismo y dijo Sor Laura... la tercera dijo Sor Gisela...la cuarta dijo Sor Rafaela y la quinta -dicen que no hay quinto malo- dijo... levántandose sus hábitos y enseñando sus partes íntimas... ¡Sor Presa...¡
¿Tonces que... es sorprais o es tristeza?
"No -quitale el no y el sentido de la idea cambia- se trata de darle vuelta a la tortilla con las “revoluciones” sociales, se trata de ser escuchados, y no sólo de eso, sino de ser tomadas en cuanta (sic) nuestras capacidades de toma de decisiones". Al respecto Jiddu Krishnamurti "Siempre habló de la urgencia del cambio, en la conciencia para obtener a largo plazo la paz universal. A este cambio radical le llamó "la única revolución"... la revolución interior que cada uno de nosotros debe emprender si queremos erradicar para siempre el odio, el sufrimiento y la violencia que azotan a la humanidad actual"
El ejercicio del poder centralizado y conductista es una forma de violencia, de castración y mutilación... que se ve magnificado en los odios y en la violencia no solo verbal sino tambien física... el problema es ¿cómo nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás? ¿como ejercemos una violencia hacia nuestra propia persona y hacia las demás? ¿como ejercemos el poder? ¿que es el suicidio desde este enfoque? ... es una forma enferma y perversa de comunicación con nosotros mismos que termina por destruirnos... esto es bien interesante y da para pensar en el poder del lenguaje, de la comunicación, personal, intrapersonal, interpersonal y de masas..
"Ésta es una invitación a discutir el inicio del divorcio entre la comunicación y poder".
Mas que dovorcio, considero que esta forma de ejercer el poder de la comunicación de manera centralizada y conductista... es una relación perversa que enferma, que castra, que mutila y que cualquiera de nosotros no se escapa de ejercerla o de que los demás la ejerzan con nosotros... la ejerce el esposo o esposa con su pareja... el padre o madre con sus hijos... el maestro o maestra con sus alumnos... el político con sus gobernados... el empresario con sus empelados... etc.
Entonces lo que nos queda es reflexionar estos aspectos a fondo y actuar en consecuencia... que de alguna manera en este intercambio de ideas al respecto lo estamos haciendo... reflexionando... escribiendo y actuando en lo cotidiano de la manera mas coherente posible...
Intentaré contestar a tus preguntas de manera muy empírica o filosófica. Porque hablar de tristezas y sorpresas no me ha salido muy bien. ..."¿cómo nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás?” Para comunicarnos con los demás primero debemos pasar por un proceso de diálogo interno, ese discurso intrínseco que se desarrolla responde a tantas interrogantes cuando se presenta con el nombre de “intuiciones”; que cada vez que brotan, activa el proceso de comunicación con nosotros mismos, y no es que necesariamente tiene que ser emotivas las intuiciones, hay toques eléctricos por decirlo metafóricamente que responde al complejo mundo racional. Entonces comunicarse con uno mismo es equilibrar la razón con la emoción, donde el primer juez y parte de él son los ojos, las experiencias; sólo así el cuerpo puede decodificar el significado de su existencia: los por qué de las cosas. Es por ello que los emisores y los receptores tienden a desarrollar la comunicación, a darle un sentido en conjunto, a que las palabras tengan sentido para lo que le conviene a cada uno. Obviamente como en algunas relaciones sintagmáticas y paradigmáticas que serán nombradas “poder”, refiriéndome al título de este artículo. Por eso la comunicación es compleja, porque los procesos de diálogo interno que cada uno tiene, sólo se limita a ser único, es decir, a ser totalmente egoísta. Si no fuéramos egoístas, no tendría sentido cómo nos comunicamos con los demás. Ahora, ¿cómo ejercemos una violencia hacia nuestra propia persona y hacia las demás? La violencia se genera de distintas maneras, existen las físicas, como las verbales, seguramente habrá otras. Pero por el carácter de este tema me centraré a lo violento de la palabra. Un discurso violento para mi representa la separación del cuerpo con el alma, porque esta composición humana no las necesita separadas, abandonadas, sino juntas, unidas bajo el mismo propósito; vivir y morir. Aquella persona que se autoabandona en cuerpo y alama ejerce, produce dentro de él, una violenta y poderosa energía “mala”, es decir un discurso donde las clases sociales nunca son ni serán iguales. Entonces, ¿como ejercemos el poder? El poder no debe de ejercerse, es más, no debe de existir. El poder, quien lo ejerce, asume en ese diálogo interno, el papel de lo deshumano, el control de las partes del todo, del infinito. Por eso nunca están ni estarán satisfechos. Por último, ¿que es el suicidio desde este enfoque? El suicidio es disminuir la capacidad de ser feliz, de limitar la capacidad de encontrar en esta palabra el placer de vivir, se abreviar el sentido de lo humano, y de reducir, aunque sea por una sola vez entre 0años y 100años, aprox., de vida que tiene el hombre, los sueños, el amor, la esperanza, y lo más importante, de generar una nueva vida.
ResponderEliminarVuelvete a leer y a excribir (esta palabra en su forma de escribirla encierra algo)... hay varias lagunas que parecen oceanos en lo que escribiste... no se de cual fumaxte... pero te elevaste demasiado... tal vez el filosofito que tambien es de altos vuelos logre llegar a tus alturas (no lo tomes tan en serio e ingenuamente esto es una orinia no mas bien ironia)... la tarea es releerte y se capaz te encontrar tus propias lagunas... sino las encuentras despues de un tiempo de reelerte y si te interesa te las puedo señalar....
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